Jugando con el lapiz comenzó como mi versión apocaliptica del YIN el YANG, luego pensé (no tanto he) todos llevamos adentro en mayor o menor medida los pero y lo mejor de nosotros mismos, angeles y demonios... a los mios los voy a escrachar ajjajaja!!!
NOTA: Gracias a EL GRAN CIRUELO quién me sorprendió con su personalidad apasible y llena de energia de la buena, gracias por descubrir los PETROPICTOS y darles su magia.
Byes. Arghoost